La línea es el paísaje

La línea, extraña criatura que une puntos, delimita superficies y redondea orificios. La línea también es el hilo conductor del pensamiento, un camino en dirección a una verdad preestablecida. 
Todos vivimos rodeados por la misma línea, una línea que jamás alcanzaremos, una línea que nos invita a visitar mundos imaginarios y reales, extravagantes y violentos. Esta es la línea de horizonte, la línea del paisaje, la línea que solamente podemos alcanzar con nuestra imaginación, con nuestros sueños o nuestras pesadillas.
Sobre esta línea reposan todos nuestros presupuestos e ilusiones de un mundo mejor o peor, profundamente personal, idealizado, magnificado, representado. Con esta línea jugamos, es el tablado del teatro de nuestras derivas emocionales, en ella viven y bailan y cantan los seres inalcanzables en comarcas que solamente podemos imaginar, crear o recrear dependiendo de nuestros estados anímicos.
Es la línea de la vida, es nuestra, individual, permanente, indestructible y en ella caben todos nuestros paisajes.
La línea es el paisaje.

The line, a strange creature that joins points, delimits surfaces and rounds holes. The line is also the thread of thought, a path in the direction of a pre-established truth. 
We all live surrounded by the same line, a line that we will never reach, a line that invites us to visit imaginary and real worlds, extravagant and violent. This is the line of horizon, the line of the landscape, the line that we can only reach with our imagination, with our dreams or our nightmares.
On this line rest all our presumptions and illusions of a better or worse, deeply personal, idealized, magnified, represented world.  With this line we play, it is the stage of the theater of our emotional drifts, in it live and dance and sing the unreachable beings in regions that we can only imagine, create or recreate depending on our moods.
It is the line of life, it is ours, individual, permanent, indestructible, and all our landscapes fit into it.
The line is the landscape.

Las medusas pasean su placidez por los mares cálidos
Ven, ¿ven?, deben verse, ojos tienen,
se miran unas a otras con sus miradas circulares,
como si su universo fuera un caleidoscopio…

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2018

Montañas, aguas  y dioses
El segundo día del mundo es un descanso,
Mar aquietado y montaña sumergida.

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Inolvidable.
Nunca la olvidarás, siempre estará en ti, porque en ti están las ilusiones de sus movimientos, de sus perpetuas idas y venidas, de sus entradas y salidas, de sus espumas y gritos de sal. 
Así es la marea de tus sueños.

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Arena, desierto, montes​​
Lágrima.
¿A que no sabes cuanto te extraño?
Lágrima.

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Y la tierra se echó a la mar​​.
Tierra,
¿No sabes que la mar es tu madre?
Tierra.

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El agua y la memoria de Hokusai
El mar no tiene memoria,
sólo sentires,
sólo olores.

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Tierra firme​​​
Rayos de sangre, 
rayos de vidas brotan 
de las entrañas de las praderas.

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El albor de la planicie.
Y nació la mentira, 
el mundo no se hizo en siete días,
el mundo se hizo cuando quiso y como quiso.
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El afloramiento de los montes.
Se armaron de valor, 
se juntaron y se levantaron 
para quedarse dormidos.

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Mis guerras personales o la ilusión de una vida en paz.
No todos los días son iguales, unos empiezan 
de una manera y terminan de otra.
A los paisajes les pasa lo mismo.

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El asomo de las montañas sobre la llanura verde.
Las líneas bifurcaron, unas se quedaron quietas, 
otras subieron para pavonearse 
y otras se lanzaron al cielo.

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El fin de los montes.
Todo fin es un principio,
eso debieron pensar cuando se cansaron de luchar 
para ser los más altos.

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Entre aridez y eterna primavera.
De lo verde al amarillo,
la tierra se reseca y los montes
se transforman en duna.

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El mundo tal como es.
El abrazo del cielo abraza la tierra, amor y fuego, pasión e infierno, 
el lugar de todos los encuentros, 
el cruce de los lugares infinitos.

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La infinidad del tiempo, la infinidad del espacio.
Las arenas se tiñen de escarlata,
el horizonte apela al cielo
y el cielo espera la noche.

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La agitación de los montes eleva el horizonte.
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La confusión de la noche.
La noche apacigua los ánimos,
los montes descansan y las praderas aprovechan 
para humedecerse con las briznas nocturnas.

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El levantamiento de la pradera.
Tocando el cielo las praderas se emocionan
y se dejan acariciar con las lluvias azules

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Descenso en búsqueda de las arbóreas.
En busca de la vida la pradera
desciende buscando el mundo de los vegetales.

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Agua dulce.
Las aguas juegan con el cielo,
se evaporan y suben en un ciclo infinito de ires y venires.
Inventar la lluvia no es fácil.

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Árboles en flor.
Al principio nacieron de colores vivos.
Con el tiempo y la sabiduría se irán transformando
en hermosas figuras recubiertas de clorofila.

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Al pie del monte.
El jolgorio no puede parar,
la fiesta de la vida ha de continuar,
aunque después haya que subir y subir y subir...

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Tierra de fuego.
La vida nace del tormento,
la tierra escupe fuego y unas flores 
nacen en los resquicios de las praderas.

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Y los fuegos se fueron apagando.
Y la tierra volvió a ser ella misma,
y los cielos siguieron soñando,
y el mundo siguió siendo el mundo.

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Clorofila y aves.
Y el mundo hizo el milagro,
de los montes nacieron aves
y volaron para contemplar la infinita belleza del infinito.
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Y la tierra volvió a la mar.
Nacer y morir,
Siempre se vuelve al mar.
Siempre.
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Y la mar creó las islas.
Y las islas crecieron, y nuevos mundos poblaron 
el planeta acuático y la vida siguió 
esparciéndose por todas partes.
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